miércoles, 24 de junio de 2015

Espera! No te vayas, todavía queda algo de nosotros por redescubrir. Vos sabes que en la hoguera de los sueños, la más mínima ceniza puede estallar el fuego. Sin embargo acá estamos los dos, parados frente a frente como dos extraños que ya no ríen, con los ojos sin brillo.

Espera! No te vayas, no le creas al camino que se jacta de ser más simple. Muchas veces lo simple no te lleva a ningún lado, o mejor dicho, te vuelve a arrastrar al mismo lugar pero cuando ya es tarde.

Espera! No te vayas, es posible si quiera que puedas recordar? Dale, hace memoria. Si cuando cerras los ojos y las imágenes de todos nuestros momentos te logran dibujar mas no sea una mueca. Yo seguiré con vida, con la montura lista, la lanza en mano y a luchar. Dragones, gigantes, bestias, brujos, bandidos; nada ni nadie podrá impedir que mi espíritu viaje en busca de esa ínfima ilusión de volver, de regresar, de reencontrar. De ser lo que alguna vez supimos ser.

Espera! No te quedes, cuantas veces vamos a volver a tropezar. Si ya nos demostramos que no podemos, que ya no somos ni una migaja del ayer.

Espera! O ya no esperes…avanza…

En la dirección que quieras, en la que creas. En la que tu alma diga que sos feliz. Yo sigo acá en el ocaso de nuestra magia, porque yo creo. Y voy a creer por siempre.


                                                                                                                    Andrés S. Serone Beramendi

domingo, 25 de noviembre de 2012

La Espera del Sapo


 El sapo corrió desconcertado hacia lo más profundo del bosque, se escondió entre las flores violetas al borde del lago.  Muchos años habían pasado desde su última lágrima, y muchas personas llenaban su corazón. El sol que abrigaba con sus suaves rayos el frescor de la tarde y una tormenta que no pudo prever ataco sin piedad. 

 Maniatado a un destino eterno en búsqueda de un beso mágico que desgastaba ya su esperanza, con la carga de mil noches solitarias abrazado a yuyal, escuchando una canción.

Pero el destino es travieso y le encanta jugar muchas veces a cruzar nuevos caminos , hizo  enfrentar una noche al sapo con la mirada  de unos ojos que parecían brillar con una luz propia, radiante. Desde esa noche el sapo no logra despegar de sus retinas, el brillo de esos ojos que le llenaron de luz el alma.

 Pero el destino es travieso dijimos, y como cruza, también tambalea. El sapo se tropezó con su propia confianza y cayó al agua. Para cuando pudo volver a tierra, esos ojos estaban ya a estanques luz.  Y aún así, el sigue esperando cada noche, en el mismo estanque; con una flor y una canción por si ella vuelve.  


lunes, 12 de noviembre de 2012

El Viejo Teatro





Mis abuelos me contaron que el antiguo teatro “Eclipse de Mar” alguna vez fue el lugar más glorioso de la ciudad, que en ese tiempo era solo un pueblo. De hecho allí fue donde ellos se conocieron, viendo la obra “bajo el techo purpura” que retrataba una historia de Héroes y Princesas, me la contaban cada noche cuando me iba a dormir.
El dueño del teatro era un hombre algo extraño, pero muy talentoso. Durante 6 años lleno la sala del teatro semana a semana y nunca una obra permanecía más de tres meses en cartelera. Cada uno de los espectáculos era escrito y producido por él mismo, desde el primer acto hasta el último. No hay abuelo en esta ciudad que no recuerde “Sonríeme y sé fugaz.”, “Escribe antes del ocaso.”, “Mañana ya es.”, o “Al Doblar la esquina.”.
Poco se sabía sobre su vida, vivía solo en el mismo teatro, salía muy poco. Podría decirse que vivía por y para el Teatro. En todas las funciones la energía era esplendida, hasta los mínimos detalles sabían ser manejados con gran sutileza, muchos afirman que de haberlo querido él podría haber sido muy reconocido y famoso, pero siempre le esquivo a eso. Sus obras, decía, eran proyectadas directamente de su interior, no buscaba la fama o el dinero, solo dar felicidad a quienes compartían su mismo cielo.
Una mañana una joven llego al pueblo, nadie recuerda su nombre, pero sí que era hermosa. El Panadero Oscar, muy amigo de mi abuelo, la describe como una especie de ángel. Morocha, de tés blanca, no muy alta, con una mirada oscura pero transparente difícil de olvidar y una sonrisa preciosa y cautivante.
No se sabe muy bien si fue después de una obra, en una tertulia o en el Bar “La Plaza” cundo la joven se cruzo con el solitario dueño del teatro, que por supuesto quedo cegado por la muchacha. El escritor comenzó a salir más, demostró que no era ese ser oscuro que todos creían, hizo todo lo que pudo para conquistarla. Mi abuelo cuenta que pocas veces en su vida vio luz similar a la de aquel hombre cada vez que la miraba, y que parecían estar hechos literalmente, el uno para el otro.
Desde ese momento sus historias mejoraban función a función, la gente se amontonaba para conseguir entradas y no quedarse afuera, parecía que lo que sentía el Director por la desconocida joven generaba algo maravilloso en su interior, algo que lo llevo a escribir las obras más gloriosas de su repertorio: “Sombras desveladas.”, “Mirada de soles.”, “Al viento correr.” Y “brillás, bailás, soñás.”, entre otras. 
Se sospecha que alguna vez lograron conocerse realmente, una noche se fueron caminando juntos del bar y nadie sabe qué paso. De esa noche se supone que nació la que él dijo sería ¡La Obra Del Año!; “Abrazo bajo la luna”. Los preparativos para el estreno eran incesantes, todos los empleados del teatro lo vaticinaban como inigualable. Fueron meses de arduo trabajo y preparación, nadie imaginaba lo que estaría por pasar.
Una mañana nublada de octubre, sin que nadie la viera, la joven desapareció. Su casa amaneció vacía, sus flores sin explicación marchitas, nadie sabía por qué, a dónde, ni cómo, pero ella se fue.  Por supuesto que este hecho no tardo en llegar a oídos del Escritor, quien no gasto energías en ocultar su dolor. Suspendió el estreno de la Obra, o mejor dicho lo postergó. Dejo de vérselo por el pueblo,otra vez se encontraba oculto en sus sombras. Se dice que paso meses escribiendo a la luz de una vela con una botella de ajenjo y casi sin comer.
Finalmente una noche apareció en una tertulia a la que todo el pueblo asistió, estaba desprolijo, con la barba sin afeitar, el pelo largo y sus ropas algo gastadas. En la reunión el viejo Director pronunció: “El lugar y el momento, los dos ejes más importantes a la hora de hablar de amor. Cada uno de nosotros tiene en el mundo, un ser que lo hará feliz, su verdadero amor, pero es tan travieso el destino que hará lo que este a su alcance para que los dos ejes no se den al mismo tiempo. Así, cuando el amor llegue ante nuestros ojos, el momento no será el indicado y a lo mejor no lo reconoceremos. O si, pero no nos animaremos a creer en él. Y a lo mejor, cuando el momento sea el indicado, nuestro amor no llegara al lugar y nosotros en vez de buscarlo, sigamos esperándolo.”, acto seguido anunció que la siguiente semana se estrenaría la ahora si Obra Del Año: “El perfume del olvido”. 
El murmullo se hizo presente en la sala, todos se debatían si se había vuelto loco, si el ajenjo le producía alucinaciones, si la obra seria buena o solo un delirio causado por su malestar. Ajeno a todo esto, él dio por terminado su discurso y se marcho al teatro.
El día del estreno llegó y el teatro estaba colmado, por curiosidad más que por otra cosa todo el pueblo se convoco allí. Las luces se apagaron, el telón subió y la obra comenzó.
Mi abuelo me describió así lo que el recuerda: En el primer acto dos jóvenes se conocen, él algo desprolijo y no muy bello, ella totalmente hermosa. Sin saber cómo una chispa nace entre ellos, una especie de brillo propio que salía de sus ojos. Las únicas palabras que mi abuelo recuerda de ese acto son las de la mujer diciéndole al joven “Abrazame, necesito que me abraces”.  Y así, me cuenta, bajo la luz de un viejo farol y con la luna como único testigo los dos se fundieron en un abrazo despojado de sus cuerpos, con sus almas viéndose fijo a los ojos, con sus corazones latiendo como uno solo.  El telón bajo indicando el final del primer acto, todos aplaudieron con fuerza, había superado ampliamente las expectativas. Hasta se dice que más de uno lloró al verlo.
Los minutos comenzaron a pasar y a pasar y el telón no subía, comenzaron los silbidos y abucheos en señal de aburrimiento. Los minutos se hicieron horas y la gente comenzó a irse del teatro muy enojada, para ellos había sido una falta de respeto increíble. Durante meses todos los recuerdos mágicos que tenían del teatro habían sido desplazados por el feo recuerdo de la obra inconclusa, de un primer acto maravilloso que solo fue eso, un primer acto, de un final vacío.
Después de esa noche nadie volvió a ver al Director, fue como si la tierra misma se lo hubiese tragado. El teatro poco a poco se fue llenando de polvo, los acosos del paso del tiempo y la falta de mantención transformaron a ese lugar majestuoso y lleno de emociones, en un triste monumento al recuerdo perdido.
Muchas fueron las historias que se comenzaron a oír acerca de la desaparición. Los más fantasiosos y pesimistas decían que el Escritor le había vendido su alma al diablo a cambio de alcanzar el éxito en sus obras, que llegado el momento de pagar, se había negado y el diablo envió a esa hermosa mujer a saldar su deuda, enamorándolo perdidamente, robando su alma. Los más realistas y positivos guardaron en su memoria las palabras que pronuncio en aquella tertulia acerca del “momento” y del “lugar” en el amor, y aseguran que él joven conoció a su amor en el lugar indicado pero en el momento equivocado. Que al enterarse de su partida comprendió que había una historia que no tendría un final (al igual que su última obra), que la página debía ser girada para poder avanzar, y así fue como decidió partir para buscar al mismo amor en otro “momento” y en otro “lugar” para terminar esa obra que quedo inconclusa; o a lo mejor a un nuevo amor para poder bañarse con “El perfume del olvido.”, y empezar a escribir una nueva obra.

                                                                                      Andrés Santiago Serone Beramendi
                                                                                                   30/10/2012